lunes, 2 de junio de 2014

Reseña: Harry Potter y la Orden del Fénix de J.K. Rowling

Llevo ya varios meses leyendo la saga de Harry Potter, y siempre supe que este libro era el más gordo de todos. Por eso, le tenia un miedo de muerte, porque pensaba que iba a ser muy pesado, y que iba a tardar mucho en leerlo. Y, en realidad, si tardé bastante, creo haberlo terminado como en... 14 días, que no es mucho considerando que es estaba con exámenes. Pero ya basta de cháchara y empecemos con la reseña.
Después de su encuentro con Lord Voldemort a finales de año, Harry pasa las vacaciones encerrado en la casa de los Dursley, esperando tener noticias que le indiquen que el Innombrable ya esté actuando. Sin embargo, esas noticias no aparecen. Los que si aparecen, son dos dementores en Little Whinging, que intentan besar a Harry a su primo Dudley, obligandolo a realizar un encantamiento patronus. Harry, al ser un menor de edad, no tiene permitido hacer magia fuera del colegio; por eso, es citado para un juicio, donde se juzgará si puede volver a Howgarts, o si será expulsado y su varita será partida a la mitad.
 Mientras tanto, Dumbledore está tomando medidas contra el Innombrable, retomando la Orden del Fénix, un grupo de magos que ya existía en los tiempos de Lord Voldemort, pero que ahora vuelve con mucha más fuerza y muchas caras nuevas. Harry es llevado de Privet Drive al cuartel general de la orden, la vieja casa de la familia de Sirius, por los miembros de la misma. Quería saber especificamente que sabia la Orden y que estaba haciendo al respecto, pero muchas personas, especialmente la señora Weasley, se mostraban reacias a contarle.
Para empeorar la situación, su regreso a Howgarts es parecido a los anteriores, y a la vez muy diferente. Parecido, porque hay un nuevo profesor de defensa contra las artes oscuras; diferente, porque esta es una enviada del ministerio de la magia, que, además de ser profesora, ostenta el nuevo cargo de "Suprema inquisidora de Howgarts".
 La profesora Umbridge es insoportable, se pasa el día desautorizando a los profesores, tratando a los alumnos como bebés que no están listos para ver el mundo,  y pidiéndole a Fudge que apruebe leyes en su beneficio, y en perjuicio de los estudiantes, cosa que Fudge hace sin dudar. Hay tantos villanos terribles, pero, de todos ellos, Dolores Umbridge es la que más odio.
Otro personaje nuevo es Luna Lovegood, una alumna de Ravenclaw que cursa cuarto año. Luna es hija de el director de "El quisquilloso", una revista que reúne todos los datos inútiles y absurdos que se puedan imaginar, y se ganó el apodo de "Lunática Lovegood". Anda por la vida con una mirada soñadora en la cara, y siempre tiene las mejores ideas.  Me pareció un personaje genial, que no le teme al ridículo, y que, de hecho, ni siquiera se percata de cuando está haciendo el ridículo.
Por otra parte, muchos personajes que ya conocíamos han tenido actitudes que me gustaría destacar:
Neville Longbottom se volvió una persona valiente y determinada. Mientras más leía, más pensaba que sus padres se sentirían orgullosos de él.
Percy Weasley, en cambio, ha adoptado una actitud cada día más detestable. Es un desagradecido, un traidor y un chupa medias.  
La señora Weasley se pasó todo el libro intentando que sus hijos, y Harry, supieran lo menos posible. No estoy de acuerdo con su actitud, pero si con su opinión de que Sirius estaba siendo irresponsable y confundía a Harry con su padre.
Malfoy está particularmente desagradable este año, y parece dispuesto a ganarse el premio al chupa medias número uno de la Profesora Umbridge.
Cho Chang está increíblemente llorosa y bipolar. Entiendo que murió tu novio, pero no me parece conveniente mencionarlo tanto enfrente de Harry.
Fred y George Weasley se superaron este año. Hace tiempo que no me reí tanto, y es que estos dos hermanos cada día progresan más con sus chascos, sin olvidar su increíble sentido del humor. Sin dudas, este año se coronaron como las leyendas de Howgarts que siempre merecieron ser.
La profesora Mcgonagall fue, de todos los profesores, la que más le hizo frente a  Umbridge. Siempre ganaba las discuciones con ella, y siempre tenia razón. 
Pero ahora, lo más importante: ¡JAMES POTTER ERA UN IDIOTA!  Lo juro, no pude creerlo cuando lo leí. Ya sé que tenia quince años, pero ¿A mi que? Yo también tengo quince años (Bueno, casi) y no voy por la vida burlándome de todo el mundo y echándoles maleficios (Claro, si pudiera echarlos). No me importa como lo justifiquen, no entiendo como Lily y él se casaron ¡Ella lo odiaba! Me recuerda a cierto idiota que conozco, que habla como si todos fueran inferiores a él y como si nada le importara, y se pasa todo el santo día con un collar en la boca ¿Saben a lo que me refiero?
Snape no estaba mucho mejor, que manera de agradecer...
Pero, además de los personajes, tengo un par de anotaciones sobre algunos hechos:
Primero, las Matrículas de Honor en Brujería. Como ya dije, estaba en época de exámenes cuando leí este libro, así que me sentí identificada con Harry mientras a ambos se nos venía el mundo encima. Tipico: Leer para relajarte y que los problemas de los personajes te recuerden a los tuyos y te pongan más nerviosa de lo que estabas.
Después, la canción del sombrero seleccionador. Estoy absolutamente de acuerdo con el mensaje que el sombrero transmitió en su canción de este año: Unidad, en los tiempos difíciles y siempre. Y, para coronar esta reseña, les dejo una canción del tema. Que la disfruten:



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